Andið eðlilega (Y respiren normalmente)

Dir.: Isold Uggadottir

Int.: Kristín Þóra Haraldsdóttir, Babetida Sadjo

 

Drama social 

Islandia, 2018, 102´

En un avión, lo primero que nos dicen es que nos pongamos la mascarilla y respiremos con normalidad. “Es muy irónico pedirle eso a la gente cuando todo va mal. Pero seguimos insistiendo en ello”.

Las vidas de dos mujeres se cruzan. Una madre “soltera” islandesa con problemas económicos y una refugiada solicitante de asilo de Guinea-Bissau crearán un delicado vínculo. 

Son vidas y personas atascadas, atrapadas, sin poder seguir adelante y sin poder volver atrás.

A veces, nos es inevitable pensar que estamos solas, entrenadas para ser fuertes cueste lo que cueste, para no pedir ayuda,  para no admitir que hemos (dicen) fracasado, para no gritar que nos necesitamos. A veces, sin embargo, este engranaje sistémico se atasca, y la mota de polvo que representa una aparición inesperada, una toma de contacto fortuita, detiene la máquina de producción masiva de soledades. Entonces, algo se activa en nosotras, el impulso de ayudar y de dejarnos ayudar, de fortalecer el contacto, de cuidar y dejarnos cuidar. En Y respiren normalmente asistimos a un encuentro así entre dos mujeres, y en este barrio, en un nuevo mundo pandémico, al de muchas más vidas ya entrecruzadas.

Lara supera la identificación entre lo legal y lo que está bien porque se reconoce en Adja. Cuando las necesidades son extremas, cuando ha entrado en juego la empatía y el apoyo mutuo se ha activado, las líneas se difuminan y que algo se deba o no hacer no depende solo de lo que diga la ley. Por suerte, cuando esto sucede, ya es difícil la vuelta atrás.