Juan Carlos Quindós de la Fuente
15' 51'' / 2015 / Experimental / Documental / España
https://vimeo.com/skyjuk/review/129635380/297e074e14
Video Full-hd
Fotografía, dirección y montaje:
Juan Carlos Quindós de la Fuente
Durante las movilizaciones del 15 de Mayo del 2011, en Valladolid, como en muchas otras ciudades de España, se generaron acampadas y asentamientos ciudadanos espontáneos e improvisados que colonizaron algunas de sus plazas y calles con arquitecturas efímeras y frágiles que fueron tejiéndose y entrelazándose sobre sí mismas, creciendo como un organismo vivo, en paralelo a una explosión virtual vírica que inundó las redes sociales y en última instancia también a una parte importante de la sociedad, necesitada de nuevos métodos de relación ciudadana, política y cultural.
Estas “ciudades tejidas” fueron durante unas semanas la metáfora plástica perfecta de lo que ahí se gestaba: algo potente, compartido e ilusionante, pero al mismo tiempo muy frágil, inestable y quebradizo. En aquel momento grabé un plano fijo de casi una hora en el crepúsculo, en el paso a la noche y la oscuridad que inundaba de colores la crisálida textil de la Plaza de Fuente Dorada. Había muchas dudas e incertidumbres acerca de qué era aquello, y sobre todo para qué, si es que iba a servir de algo. Cuatro años más tarde es una fecha adecuada para revisar en qué quedaron esas fuerzas primigéneas y balbuceantes, ahora que se han formalizado y vuelto reales algunos de esos anhelos, pero también ahora que la realidad golpea con sus contradicciones los compromisos adquiridos, y es tan complicado intervenir en una red económica y productiva completamente esclerotizada y reacia a los cambios.
Cuando he vuelto a ver el material, el cambio se ha producido también en nuestras cabezas: lo virtual se ha vuelto real y tangible, incluso oficial, y el paso a la noche ha dado lugar a una explosión luminosa de iniciativas posibilistas. Las casualidades y las sinergias siempre han sido parte de todo este movimiento, y buscando a través de Wikipedia el reverso simétrico del acrónimo 15-M (de la misma forma que el plano secuencia se invierte de la noche al día) me encontré con la galaxia M-51, conocida como “torbellino”, “una de las galaxias espirales más conocidas del firmamento y una de las más brillantes, visible con unos simples prismáticos”…
Esta feliz casualidad completa la metáfora visual, una vez que el plano se comprime en 15 minutos y se va superponiendo gradualmente 15 veces sobre sí mismo en una imágen galáctica y casi generada por computadora que recuerda a su vez a los diagramas de flujos cibernéticos que aquel Mayo empezó a tejer.
El humilde caos oscuro y subterráneo va tomando fuerza hasta convertirse en un estruendo luminoso y cegador. Valga como homenaje abierto y compartido a aquellos días y a la gente que puso en marcha el torbellino.
