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¡Palestina libre!

En la muestra, pese a los vientos de cambio, seguimos tercos en algunas creencias. Por ello volvemos a apostar por una lucha aún más testaruda, ya un lugar común cada año en las proyecciones. Se trata de la causa de liberación Palestina, que cobra más sentido, si cabe, en el marco de un mundo árabe convulso y revolucionado. Lo que está en marcha en Túnez, Egipto, Libia o Siria, por citar sólo algunos de los focos principales, porque se ha extendido a todos los países árabes, no es para nada ajeno a esta lucha, sino que se inscribe en su epicentro. Estos pueblos se levantan contra la impostura de sus dictatoriales gobiernos sin turno, en la mayor parte en abierta connivencia y sostén por nuestros gobiernos occidentales, enemigos de la democracia a costa de sus intereses en un Medio Oriente y un Magreb que a cada paso quieren hacer más suyos. Mientras, Palestina continua resistiendo a la feroz ocupación israelí, punta de lanza de ese dominio occidental, al tiempo que Netanyahu se jacta de los tibios planteamientos de Obama, negando cualquier posibilidad de paz en las fronteras de 1967, en definitiva cualquier alternativa que resulte digna y respetable para la población palestina.

A través de dos apasionantes documentales, Jenin, Jenin y Z32 podremos ver los dos lados de esa moneda. La de un israelí ante el que se desnuda la voz del ocupante, que habla el lenguaje de una violencia metódica, incuestionable, que, en buen estado de salud mental siempre nos debe remitir a un porqué, que ni siquiera abarca plenamente el concepto banalidad del mal con que Hannah Arendt trató de entender y explicar los mecanismos de la violencia burocratizada del nazismo. Por el otro, un palestino que se acerca a la voz de una resistencia que, por contra, no nos lleva a plantearnos un porqué. Se entiende, se explica desde la propia sinrazón del ocupante, así como desde la osadía y rebeldía de la población de Jenin que, en 2002, trató de confrontar valerosamente la masacre y destrucción del ejercito israelí.

Desde la Muestra de cine de Lavapiés volvemos a gritar con fuerza ¡Palestina libre!, a adherirnos la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) contra el Estado de Israel y apoyar a todas esas personas que, en un mundo árabe corrupto, vendido y colonizado, han salido a luchar por su li-bertad y que, tal vez, de paso, nos han servido como espejo reflectante para, al calor, permitirnos repensar el rumbo de nuestras luchas más cercanas